Gerardo Morales en el Foro virtual sobre Cambio Climático

Se realizó el Foro virtual sobre Cambio Climático

Con tres disertaciones magistrales, la FUCCAE desarrolló el Foro virtual sobre Cambio Climático, dando inicio a así acciones focalizadas en la lucha contra el cambio climático, el desarrollo sostenible y la generación de estrategias para reducir la huella de carbono.

Florencia Mitchell, asesora del CFI, experta en política y acción climática; Patricio Lombardi, director Ejecutivo de EMFF; y Alejandra Cámara, directora de la consultora Génesis, abordaron la cuestión técnica, política y financiera del cambio climático, ante un auditorio que se mantuvo atento a lo largo de la hora y media que duró el foro.

La actividad estuvo dirigida por el presidente de la Fundación, Gerardo Morales, y el panel fue coordinado por la vicepresidenta Primera, María Inés Zigarán, quienes dieron la bienvenida y agradecieron la participación de todos.

Morales destacó el compromiso de la FUCCAE “con el cuidado del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático, las políticas públicas de desarrollo sostenible y la transformación de la matriz energética hacia las energías renovables”.

Apuntó que dentro de los objetivos de la fundación están, entre otros, “la asistencia técnica para la planificación, implementación y gestión de proyectos; el asesoramiento técnico para el análisis y concreción de líneas de financiamiento de proyectos; la capacitación e investigación para el sector público, privado y las organizaciones de la sociedad civil, así como la educación ambiental, generando espacios de intercambio y divulgación”.

“Los integrantes de la fundación conformamos un equipo multidisciplinario con experiencia”, destacó el también ex gobernador de la Provincia de Jujuy.

Zigarán, en tanto, sostuvo que la FUCCAE nace en un contexto de crisis climática y de negacionismo climático y que este foro no solo es un espacio de debate sino de acción, tendiente a “democratizar el conocimiento sobre cambio climático”, debido a que gran parte de la acción climática nace del empoderamiento ciudadano.

Florencia Mitchell: las grandes agendas

La primera oradora, Florencia Mitchell, dijo que “hablar de cambio climático es hablar de uno de los procesos más grandes, complejos y desafiantes a escala global que ha vivido la humanidad”, lo que implica “no sólo transformar nuestros procesos de consumo, sino de toma de decisiones y de generación de políticas públicas a escala nacional, provincial y local, con la participación ciudadana”.

El cambio climático es causado por los gases de efecto invernadero (GEI) que son generados “por nuestras propias actividades humanas”, es decir que “ya no es solo causado por variables naturales de clima, temperatura y precipitaciones”. La energía y la tierra son actividades determinantes y los países hoy buscan reducir sus emisiones de GEI “pero no se ven reducciones en valores absolutos hasta ahora, aunque algo positivo es que ya no se acelera tanto el número de las emisiones”.

“En Argentina, los combustibles fósiles son una de las principales causas de emisiones de GEI”, por lo tanto se necesitan de los grandes recursos renovables existentes en el país “para acelerar el proceso de descarbonización del sistema energético”, señaló.

“También es necesario transformar nuestro sistema de consumo de energía eléctrica y nuestro sistema de transporte”, indicó y sumó que el otro aspecto central es hacer foco en la producción agropecuaria y el uso de la tierra, “porque las principales fuentes de emisión de GEI para Latinoamérica y en particular para Argentina, están asociadas al sector ganadero y a la deforestación por la expansión de la frontera agrícola y los incendios”.

“Hay que intensificar los procesos de producción agrícola para garantizar la seguridad alimentaria sin aumentar las emisiones de GEI”, definió, y destacó que la mayoría de los actores involucrados en Argentina están conscientes de la necesidad de transformarse y que están dadas las condiciones porque empiezan a abrirse mercados a nivel internacional para lograrlo. “Todo esto, más allá de los discursos negacionistas que aparecieron últimamente”.

“El cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la desertificación son temas que se cruzan en la agenda de Latinoamérica y particularmente en Argentina”, explicó y luego observó que los efectos cada día son más fuertes “como lo estamos viendo en el Golfo de México; con mayores pérdidas económicas y de vidas; y con los denominados fenómenos de lento avance, como lo ocurrido en Argentina con las precipitaciones, sequías e inundaciones que se fueron desarrollando lentamente y se irán intensificando”.

“Por ejemplo, los grandes incendios forestales que hay ahora en la Amazonía, repercuten en la falta de circulación de la humedad, lo que va a profundizar el proceso de sequía en la Argentina y particularmente en la zona pampeana. Y la sequía profundiza los incendios. Es una escalada que se retroalimenta”, por lo cual hay que tener una agenda “de adaptación al cambio climático, es decir cómo protegemos nuestros sistemas productivos, la generación y distribución de la energía eléctrica, tanto para la demanda actual como para los escenarios que se vienen”. Pero también es necesaria una agenda “para reparar los daños generados por el cambio climático”.

Patricio Lombardi: “Cambio ambiental global”

A su turno, el director Ejecutivo de EMFF, Patricio Lombardi, al desarrollar la causa del actual negacionismo sobre el cambio climático, la atribuyó a que “los ODS del año 2030 no son un talle que le entra a todos, es decir no puede existir una política única para realidades diversas. Las propias Naciones Unidas está diciendo que el 80 por ciento de los ODS se descarrilaron. Entonces, no podemos quejarnos de que haya negacionistas climáticos”.

“¿Por qué hay negacionismo? Porque se establecen agendas que todos sabemos que no se van a cumplir. Pero, por otro lado, ninguno de los ministros anteriores de Ambiente argentinos respetó la Ley de Bosques. El actual gobierno argentino, ¿es negacionista? Sí, pero según entiendo va a establecer un mercado voluntario de carbono y un comercio de emisiones. Es una luz que se avizora”, afirmó.

Con respecto a la geopolítica del cambio climático, sostuvo que el encuentro con Al Gore en 2007 “nos abrió la cabeza con Charly Alberti, con quien fundamos Revolución 21, porque Gore se gana el premio Nobel hablando no de cambio climático, sino de Cambio Ambiental Global. El microplástico que se encuentra en el cuerpo humano, no es cambio climático, es cambio ambiental global”.

“Si analizamos nuestra región, más del 50% de los minerales críticos que se necesitan para la descarbonización, están en América Latina. Ejemplo, el litio. Y más del 50% de la biodiversidad del mundo está en América Latina, y aprovecho para felicitar a la provincia de Jujuy por el enorme esfuerzo para cuidar la biodiversidad. Por otro lado, el 50% de los bosques tropicales están en América Latina”, apuntó.

“Pero lo que pasa en América Latina es que cada país va para su lado. Entonces, menos del 4% de las inversiones globales van a América Latina, entre otras razones porque los organismos de financiamiento son vetustos y no están viendo lo que está pasando. En la ONU siguen implementando la política del talle único. Por otro lado, a los estados subnacionales no les dan importancia”.

Al referirse a los estados subnacionales como agentes de cambio, señaló que la capacitación es fundamental. “Quiero decirles que a partir del año que viene la situación va a cambiar mucho para los que quieran exportar a Europa, porque los productos van a ser trazables”.

Y sobre las COP, opinó que hay una desarticulación existente entre los organismos de la ONU. “El que está a la vanguardia, es el sector privado. En el mercado voluntario, la primera región que tiene más acuerdos es Asia Menor. La segunda es África. La tercera y última es América Latina. Y dentro de América Latina, los países que más trabajan en el mercado voluntario son Colombia, México, Costa Rica, República Dominicana. Argentina está en la cola, últimos. Por eso, tenemos que capacitarnos permanentemente”.

Alejandra Cámara: el mercado de carbono

“Los mercados de carbono son mecanismos de fijación de precios al carbono, que permiten al gobierno y a agentes no estatales comerciar con estos créditos o permisos de emisión de GEI. Los primeros, son los mercados de cumplimiento obligatorio. Allí está el Sistema de Comercio de Emisiones (SCE) o más conocido por sus siglas en inglés ETS, es decir Emissions Trading System, que consiste en establecer un límite a las emisiones por parte de los gobiernos y que los emisores intensivos de los gases paguen por sus emisiones”.

Con esta definición dio inicio a su intervención la directora de Génesis, Alejandra Cámara, quien seguidamente indicó que “también existe el impuesto al carbono, que consiste en establecer una tasa impositiva sobre las emisiones de GEI”.

Por otro lado, manifestó que el mercado voluntario “son los créditos de carbono o bonos de carbono, que no tienen nada que ver con el bono verde que es otra cosa dentro del mercado de capitales. Cada crédito de carbono equivale a una tonelada de carbono que ha sido evitada mediante un proyecto de mitigación a través de una actividad específica”.

“En el mercado de carbono, el gobierno pone un límite a las emisiones sobre las industrias más polucionadoras. Les da un permiso que equivale a determinadas toneladas de CO2, para que, aplicando tecnología, reduzca sus emisiones, y si no lo hace deberá salir a comprar la cantidad de permisos equivalentes a personas que le sobren, y eso tiene un costo”, explicó, y agregó que un tercio de la población global vive bajo el comercio de emisiones.

Señaló que en la Argentina “existe un impuesto a la transferencia de combustibles: todos los que cargamos nafta, lo pagamos, más allá de que haya distintos niveles de responsabilidad con las emisiones. Pero con el sistema de impuesto, las emisiones quedan liberadas y las empresas transfieren ese impuesto a sus clientes”, mientras que en un ETS es el gobierno quien fija un tope de emisiones y el mercado pone el precio.

Con respecto al mercado voluntario, remarcó que es cuando se realiza un proyecto para reducir las emisiones en una empresa o industria y a cambio éstas reciben un crédito de carbono por parte de un “estándar”, pero en este caso tiene que cumplir requisitos puntuales, entre otros, la reducción de las emisiones ante verificadores externos.

Al referirse a las políticas del Gobierno argentino sobre el mercado de carbono, Alejandra Cámara comentó que la Subsecretaría de Planificación Estratégica del Ministerio de Economía ya llamó a una “manifestación de interés” a través del BID para que las consultoras interesadas apliquen a diseñar un sistema de ETS en la Argentina, abarcando puntualmente a los sectores de electricidad, petróleo y gas.

Finalmente, destacó el movimiento que se está viendo en las provincias, inquietas para que se activen los mercados de carbono en el país, pero advirtió que es necesaria la capacitación para lograr que los proyectos y las políticas cumplan con la finalidad deseada.